Con el nombre de Odisea al amanecer, la coalición de países liderados por Estados Unidos, Francia y Reino Unido comenzaban ayer la intervención militar contra Gadafi en Libia, tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
De hecho, a primera hora de la tarde varios cazas franceses bombardeaban cuatro tanques del ejército del dictador libio Bengasi, uno de los últimos territorios que se le resiste.
Sin embargo, este bombardeo desde el aire era solo el principio de una ofensiva que podría llegar a durar semanas ya que Gadafi ha insistido en su idea de morir matando. Así, varios barcos de guerra y submarinos se están situando en posiciones estratégicas en el Mediterráneo y, de hecho, a última hora de ayer lanzaban hasta 112 misiles de crucero destruyendo un total de 20 objetivos.
Una intervención militar en la que España contribuye aportando diferentes medios militares tales como cuatro cazabombarderos F-18, un avión cisterna, la fragata F-100, un submarino y un avión de vigilancia marítima. Además, el Gobierno a puesto al servicio de la coalición las bases militares de Morón de la Frontera y Rota, además de un total de 500 militares, 150 de ellos pertenecientes al Ejército del Aire.
Con todo ello, la reacción de Gadafi no se ha hecho esperar y hoy ha reaparecido en la televisión libia para afirmar que va a armar a más de un millón de hombres y mujeres que en pocas horas estarán listos para enfrentarse a los aliados. Por el momento, los ataques por parte de la coalición que se han sucedido durante toda la noche han logrado alejar al dictador de Bengasi.
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