
Como se iniciaron las estrellas
El telescopio espacial Spitzer es como un diminuto ojo infrarrojo en el espacio infinito. Para entender las maravillas que ha podido transmitir gracias a su constante vigilancia del universo es necesario dar por entendido, sin cálculos adicionales, algunas cifras y conceptos que lo definen y que no cabrían en cuentas elementales. Por ejemplo, que mantiene una órbita heliocéntrica similar a la de la tierra, pero que lo aleja de nuestro planeta a razón de unos 15 millones de kilómetros por año.
Y la más reciente hazaña de ese ojo que todo lo ve en el eterno cosmos son las fotografías que ha revelado la NASA, el organisno estadounidense encargado de coordinar y dirigir las actividades aeronaúticas civiles, relacionadas con el nacimiento de las estrellas. El telescopio espacial Spitzer, que vigila de cerca a la nebulosa Orión, ha captado durante años la actividad de las estrellas que nacen en su interior dejando imágenes de un fenómeno tan asombroso como bello.
En su sitio de internet, la NASA informa que la nebulosa de Orión se encuentra a unos 1.350 años luz de la tierra y a una longitud de onda cercana al doble del tamaño de lo que puede detectar el ojo humano, por lo que el telescopio abre una ventana única a la región interestelar.

Escena cósmica
Lo que el ojo humano percibe a través de la información enviada por el Spitzer al centro administrador, en la estación central del programa aeronaútico localizado en Houston, es un espectáculo que solo puede obra de un genial programador de fuegos artificiales.
La escena cósmica muestra el apogeo del brillo de las estrellas jóvenes, que suele disminuir debido al cambio de las temperaturas en la superficie de la estrella.
Para lograr estas únicas imagenes del origen de los astros luminosos, el telescopio Spitzer nunca pierde de vista a las estrellas que se forman en la nebulosa de Orion y muestra sus cambios lumínicos desde su nacimiento. Las estrellas más brillantes de esta región cósmica se aglutinan en el cúmulo del trapecio de la nebulosa.
El telescopio espacial Spitzer es una misión de la NASA operada y administrada por el Laboratorio de Propulsión a Reacción (Jet Propulsion Laboratory).
Spitzer, lanzado el 25 agosto 2003, es el elemento final del Programa de Grandes Observatorios de la NASA, en el que también participan el Instituto de Tecnología de la Universidad de California, la Cornell University y la Universidad de Arizona, entre otras instituciones.

Spitzer
Las especificaciones técnicas describen al telescopio como un observatorio espacial infrarrojo enfriado criogénicamente -a la temperatura de ebullición del nitrógeno a 196 grados celsius bajo cero-, capaz de estudiar objetos que van desde nuestro sistema solar hasta las regiones más distantes del universo.
Según explica en su página el Instituto de Tecnología de la Universidad de California, que participa en el proyecto de la NASA, Spitzer es una pieza clave desde el punto de vista científico y técnico del nuevo Programa para la Búsqueda Astronómica de los Orígenes.
Tiene capacidad para tomar imágenes y espectros de 3 a 180 micras y las estimaciones actuales de la NASA le dan todavía una vida operativa de unos 5 años.
El telescopio espacial Spitzer es calificado como una maravilla tecnológica que incluye muchas innovaciones nunca antes usadas en una misión espacial.
El observatorio está formado por dos componentes principales: El Montaje Criogénico del Telescopio (que contiene el telescopio y los tres instrumentos principales de Spitzer) y la Nave Espacial. Como el telescopio tiene que ser enfriado a pocos grados arriba del cero absoluto para funcionar apropiadamente, y la nave espacial necesita operar a la temperatura ambiental, algunas veces estos dos componentes principales son referidos como las porciones “fría” y “tibia” del Observatorio.
Una de las funciónes del Spitzer es proporcionar importante información sobre la formación y la evolución de las estrellas y del medio circunestelar que rodea a la estrella.
El descubrimiento y la caracterización de los discos circunestelares de gas y polvo, señales de los sistemas planetarios extra-solares, es uno de los objetivos científicos más importantes de la misión Spitzer.
Las estrellas nacen dentro de núcleos de polvo y de gas molecular denso, siendo en su mayoría invisibles en luz óptica. La luz en el cercano infrarrojo, a longitudes de onda de unas pocas micras, puede pasar a través del velo de polvo. Spitzer emplea su cámara de longitud de onda corta para estudiar el proceso de formación y la evolución de objetos estelares jóvenes en su primer millón de años de vida.

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